Por Gloria Nieto Párraga (4º ESO D)
Premio Concurso relatos de terror, horror, misterio
Me encuentro sola, en mi habitación, tapada de la cabeza a
los pies y totalmente aterrorizada. Me encuentro agotada, en mi guarida, envuelta en una sábana de sentimientos y totalmente aterrorizada.
No paro de recordar a los monstruos de la película, pensando en que en cualquier momento pueden aparecer y hacerme daño.
No paro de recordar todos
esos malos momentos, pensando si han ocurrido de verdad y
me han vaciado por dentro.
No me atrevo a abrir los ojos, ni a pedir ayuda, ni siquiera a encender la luz. No me atrevo a
pensar en la realidad, ni a
preguntársela a alguien, ni siquiera
verla por mí misma.
Lo único que se
me pasa por la cabeza en estos momentos es gritar, intentar dejar de
pensar en esos temibles seres, pero no puedo. Lo único que se me pasa por la cabeza en estos momentos es llorar, intentar descargar mi rabia, pero no puedo.
Es de noche, tengo tanto frío que me muero, aunque tenga
cinco edredones encima. Estoy en la oscuridad, tengo el corazón tan frío que me
muero, aunque mi temperatura corporal sea de treinta y siete grados.
Miro mi colchón, está mojado, no me puedo imagibnar que
la pesadilla que he tenido haya provocado esto. Miro mis ojos, están empapados,
no me puedo imaginar que este mundo me haya provocado esto.
Me siento una cobarde, nunca había llegado a este punto,
a pesar de que siempre he ignorado esas películas. Me siento débil, nunca había
llegado a este punto, a pesar de que siempre he superado cada obstáculo.
De repente escucho un ruido, me resulta familiar, no me
puedo creer que sea el rugido de ese engendro. De repente escucho una voz, me
resulta familiar, no me puedo creer que sea tu susurro.
Entonces me recorre un escalofrío por la piel, erizando
cada pelo de mi cuerpo y poniéndome más tensa aún. Entonces me da una punzada
el corazón, atravesando cada músculo que palpita y poniéndome más tensa aún.
No tengo armas con las que defenderme, ni voluntad, pero
lo que más me preocupa son tus grandes garras. No tengo nada en lo que
sostenerme, ni voluntad, pero lo que más me preocupa es no tenerte.
Siento la necesidad de hacer algo, de suplicarle que no
me haga daño y esperar que funcione. Siento la necesidad de hacer algo, de
suplicarle que vuelva conmigo y esperar que funcione.
Pero creo que reacciono tarde, noto algo rozando mis pies
y no son los bordes de la sábana. Pero creo que reacciono tarde, noto algo
rozando mi estómago, y no son mariposas.
Entonces desato mi furia, provocada por el miedo, sé que
el monstruo no tiene buenas intenciones. Entonces desato mi furia, provocada
por el miedo, sé que él no va a volver.
Intento huir de sus manos, pero ya me han atrapado y empieza
a arrastrarme hacia él. Intento huir de este sentimiento, pero ya me ha ocupado
y empieza a arrastrarme hacia la muerte.
Seguidamente me reactivo, me doy cuenta de que me va a
atrapar y saco fuerzas que no poseo. Seguidamente
me reactivo, me doy cuenta de que me voy a morir y saco fuerzas que no poseo.
Si hay alguien que pueda hacer algo soy yo, estoy sola
con este monstruo, estoy completamente sola. Si hay alguien que pueda hacer
algo soy yo, estoy sola en la soledad, estoy completamente sola.
Tengo suficiente energía como para huir de él, por
primera vez me siento libre, sin miedo. Tengo suficiente voluntad como para
huir de ella, por primera vez me siento libre, sin miedo.
No sé cómo he podido hacerlo, pero lo he hecho. De
repente me despierto, estoy en mi habitación y ya no, ya no me siento sola. No
sé cómo he podido hacerlo, pero lo he hecho. De repente me despierto, vuelvo al
mundo real y ya no, ya no me siento sola.
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